CRITERIOS DIAGNÓSTICOS EN LA ANOREXIA Y BULIMIA
Actualmente los criterios que se siguen para el diagnóstico
son los de la Academia Americana de Psiquiatría de 1994 (DSMIV) y los
elaborados por la OMS (CIE-10) (Tabla I). La Anorexia es una enfermedad psicosomática,
caracterizada por una alteración de la imagen corporal y un trastorno de la
conducta alimentaria, siendo el rasgo clínico principal la negativa a
alimentarse de forma apropiada, por un temor irracional ante la posibilidad de
ganar peso. Estos datos específicos permiten diferenciarla de otras
enfermedades que cursan con restricción de la ingesta, asociadas o no a
descenso ponderal. La Anorexia tiene una forma típica o restrictiva y otra
purgativa en la que al intento de ayuno se añaden vómitos y diarrea
autoprovocada y a veces uso de diuréticos. La Bulimia se caracteriza por la
aparición de episodios de descontrol alimentario, que llevan al paciente a
efectuar un consumo rápido de grandes cantidades de comida, siendo habitual la
puesta en marcha a continuación de medidas encaminadas a neutralizar los
efectos de los ”atracones“ (inducción del vómito, ejercicio intenso, dietas
estrictas, utilización de diuréticos o laxantes, entre otros).
Los cuadros bulímicos se dividen también en purgativos y no
purgativos. En los períodos inter críticos el paciente tiende a ayunar ya que
participa plenamente del ideal anoréxico. Dentro de las anoréxicas,
aproximadamente la mitad de ellas, en su evolución, van a desarrollar conductas
bulímicas. En el incremento actual se cuestiona si la anorexia y la bulimia sin
cuadros clínicos diferentes o distintas fases del curso evolutivo de un mismo
cuadro. Existen formas atípicas o incompletas, denominadas en el DSM-IV como
trastorno de la conducta alimentaria no especificado, en los que falta algún
criterio mayor o bien los síntomas son más leves: síntomas de anorexia
conservando la menstruación o con peso en límites normales. Incluye el
“trastorno por atracón” definido en el DSM-IV por la presencia de atracones
recurrentes (al menos 2 por semana durante 6 meses, asociados a tres o más
síntomas: comer por encima del nivel de saciedad, ingerir grandes cantidades de
alimentos, consumidos a gran velocidad, esconder la voracidad comiendo a solas
o sentir culpabilidad tras el atracón). El síndrome de temor a la obesidad” tan
frecuente en los adolescentes, se caracteriza por el mismo miedo a engordar y
empleo de dietas hipocalóricas y ejercicio físico, pero sin conducta purgativa,
ni alteración de la imagen corporal, El pediatra de atención primaria, por su
accesibilidad al adolescente y familia, ocupa una posición clave en la
detección precoz de estos trastornos.
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