jueves, 20 de abril de 2017

CRITERIOS DIAGNÓSTICOS EN LA ANOREXIA Y BULIMIA

Actualmente los criterios que se siguen para el diagnóstico son los de la Academia Americana de Psiquiatría de 1994 (DSMIV) y los elaborados por la OMS (CIE-10) (Tabla I). La Anorexia es una enfermedad psicosomática, caracterizada por una alteración de la imagen corporal y un trastorno de la conducta alimentaria, siendo el rasgo clínico principal la negativa a alimentarse de forma apropiada, por un temor irracional ante la posibilidad de ganar peso. Estos datos específicos permiten diferenciarla de otras enfermedades que cursan con restricción de la ingesta, asociadas o no a descenso ponderal. La Anorexia tiene una forma típica o restrictiva y otra purgativa en la que al intento de ayuno se añaden vómitos y diarrea autoprovocada y a veces uso de diuréticos. La Bulimia se caracteriza por la aparición de episodios de descontrol alimentario, que llevan al paciente a efectuar un consumo rápido de grandes cantidades de comida, siendo habitual la puesta en marcha a continuación de medidas encaminadas a neutralizar los efectos de los ”atracones“ (inducción del vómito, ejercicio intenso, dietas estrictas, utilización de diuréticos o laxantes, entre otros).

Los cuadros bulímicos se dividen también en purgativos y no purgativos. En los períodos inter críticos el paciente tiende a ayunar ya que participa plenamente del ideal anoréxico. Dentro de las anoréxicas, aproximadamente la mitad de ellas, en su evolución, van a desarrollar conductas bulímicas. En el incremento actual se cuestiona si la anorexia y la bulimia sin cuadros clínicos diferentes o distintas fases del curso evolutivo de un mismo cuadro. Existen formas atípicas o incompletas, denominadas en el DSM-IV como trastorno de la conducta alimentaria no especificado, en los que falta algún criterio mayor o bien los síntomas son más leves: síntomas de anorexia conservando la menstruación o con peso en límites normales. Incluye el “trastorno por atracón” definido en el DSM-IV por la presencia de atracones recurrentes (al menos 2 por semana durante 6 meses, asociados a tres o más síntomas: comer por encima del nivel de saciedad, ingerir grandes cantidades de alimentos, consumidos a gran velocidad, esconder la voracidad comiendo a solas o sentir culpabilidad tras el atracón). El síndrome de temor a la obesidad” tan frecuente en los adolescentes, se caracteriza por el mismo miedo a engordar y empleo de dietas hipocalóricas y ejercicio físico, pero sin conducta purgativa, ni alteración de la imagen corporal, El pediatra de atención primaria, por su accesibilidad al adolescente y familia, ocupa una posición clave en la detección precoz de estos trastornos.

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