ANOREXIA: CARACTERISTICAS Y SINTOMAS
Se tiene en cuenta que es un trastorno que se presenta habitualmente en adolescentes sin obesidad acusada, sólo con un discreto sobrepeso. Estudios realizados muestran significativa relación entre los síntomas y el funcionamiento interpersonal de los adolescentes anoréxicos, pues estos tienden al aislamiento o buscan la compañía de muchachos más jóvenes. También son características de este cuadro los trastornos obsesivos-compulsivos que se relacionan o no con la comida. La restricción dietética conlleva a cambios biológicos y físicos importantes, y se destaca la alteración del sistema hipotalámico y endocrino, que da lugar a la aparición de signos y síntomas como la amenorrea, intolerancia al frío e hipotensión, entre otros. Los cambios neuroquímicos presentes en la anorexia nerviosa también se han atribuido a la desnutrición, y es probable que puedan perpetuar las alteraciones conductuales.

Clínicamente se considera a la anorexia nerviosa como un síndrome específico, cuyas características esenciales son el rechazo a mantener el peso corporal mínimo normal, miedo intenso a ganar peso, alteración significativa de la percepción de la forma o tamaño del cuerpo y la aparición de la amenorrea en las mujeres. Existen 2 subtipos de anorexia nerviosa: el restrictivo y el compulsivo/purgativo.
La anorexia nerviosa se presenta fundamentalmente en el sexo femenino (menos del 10 % de las personas anoréxicas son del sexo masculino).
La evolución de la anorexia nerviosa puede ser variada: algunas personas se recuperan totalmente después de un único episodio; otras presentan episodios fluctuantes, con ganancia de peso seguido de recaídas; y en otros casos, si no se establece un programa terapéutico, puede surgir un desarrollo de progresiva desnutrición con la posibilidad de desembocar en estados caquécticos, y la muerte por inanición, suicidio o desequilibrio metabólico.
La anorexia se presenta habitualmente en adolescentes sin psicopatología previa valorable y sin obesidad acusada, solamente con discreto sobrepeso. La búsqueda de la delgadez es para ellos el centro de su vida. Este estilo de pensamiento extremo los lleva a una disciplina muy rígida en la dieta, cuyo éxito le da un sentido de eficiencia a sus vidas y la sensación de tener un núcleo de personalidad propio.
Por lo general estos pacientes comienzan con una disminución de la ingesta, sobre todo de alimentos con alto contenido calórico (hidrato de carbono y grasa), y muchos de ellos acaban con una dieta muy restringida, que bordea el ayuno, limitada a unos pocos alimentos. El ejercicio físico excesivo es también típico. No reconocen el cansancio y mantienen un alto nivel de actividad, y es el ejercicio parte de esa autodisciplina para no convertirse en obeso. Lograda la pérdida de peso, siguen reduciendo la cantidad de calorías que ingieren por día, y están cada vez más preocupados por pensamientos sobre la comida, y es esta preocupación lo que acrecienta su miedo a no tener control sobre su apetito.
Los pacientes tratan de reprimir sus deseos de comer, y en lugar de aversión a la comida, a menudo se observa en ellos interés por ella, que se manifiesta en la compra de libros de cocina, el arreglo de la mesa, los platos, la comida. Se han descritos casos de pacientes quienes preparan una gran comida para la familia, pero que ellos no prueban.
El término anorexia, aunque etimológicamente significa pérdida del apetito (derivado del prefijo "an" y del griego "orexis") no está adecuadamente expresado, pues las personas con anorexia nerviosa se niegan a comer para conseguir la delgadez, pero la sensación de hambre puede estar presente, no sólo al inicio de la enfermedad, sino también durante ésta. Por lo general sólo pierden el apetito cuando están en pleno estado de emaciación.
La pérdida de peso puede ser paulatina, de forma tal que se produce una adaptación a la malnutrición, pero muchas anoréxicas se vuelven débiles si la pérdida de peso es progresiva, y tienden a ser, además, hipoactivas.
Las anoréxicas nerviosas se destacan por su habilidad para tolerar las sensaciones de hambre, y tienen un límite calórico muy restrictivo, pero se ha detectado que la mitad de las anoréxicas restrictivas, llegan a un momento en el cual pierden el control sobre sí y ponen en práctica entonces el denominado "atracón", lo que a su vez conlleva el uso del mecanismo del vómito autoinducido (en un principio, lo realizan introduciéndose los dedos en la boca tras la comida, pero más tarde aprenden a vomitar sin la ayuda de los dedos). Esto puede producir con el tiempo erosión dental. O sea, de anoréxicas restrictivas, se convierten en anoréxicas compulsivas/purgativas, por el vómito, la ingesta excesiva de laxantes, diuréticos, etcétera.
Estudios realizados entre las anoréxicas restrictivas y las compulsivas/purgativas, plantean que estas últimas pesan más que las restrictivas, y además tienen antecedentes de más casos de obesidad anterior al primer episodio anoréxico; que entre las compulsivas/purgativas se encuentra con más frecuencia la existencia de una madre obesa, y que las restrictivas tienen tendencia a mostrar mayor aislamiento social y de las relaciones sexuales, así como que son menos activas sexualmente. Las anoréxicas restrictivas con amenorrea primaria, tienen mayor temor a la madurez que otras con anorexia restrictiva y amenorrea secundaria, y las pacientes muy jóvenes con anorexia restrictiva tienen mayor depresión y ansiedad que las anorexias mayores, tanto restrictivas como compulsivas/purgativas. La menstruación normal casi siempre regresa con el aumento de peso cuando el contenido de masa corporal llega al 22 %. Los varones con anorexia nerviosa pierden la líbido y son infértiles.
Entre las anoréxicas existe la alteración de la percepción del peso y la silueta corporal, pareciédoles a ellas estar obesas a pesar de estar delgadas, también se preocupan por algunas partes de su cuerpo que les parecen demasiado gruesas, es decir, hay una alteración de la imagen corporal. Por ello el término "imagen corporal" se utiliza para referirse a la "imagen" que se tiene en mente y también a los sentimientos relativos a estos aspectos del cuerpo, los cuales pueden ser de satisfacción o insatisfacción. Se plantea que la distorsión de la imagen corporal se extiende también a otras personas, aunque en grado variable, lo que ocurre así con los objetos inanimados. Las percepciones distorsionadas de su cuerpo favorecen el mantenimiento del cuadro anoréxico, pues genera ansiedad y lleva al paciente a continuar la dieta.
Otros síntomas que se pueden encontrar, según algunos autores, es la mala adaptación sexual. Muchas adolescentes con desarrollo sexual retrasado tienen con frecuencia marcada disminución del interés por el sexo al comienzo de la enfermedad.
La realización de la dieta les permite interrumpir el desarrollo y tratar de evitar la pubertad, o sea, que su apariencia física se quede en una imagen de preadolescentes que las defiende de asumir el papel de adulto con sus responsabilidades y cambios en la forma del cuerpo, para lo cual no se encuentran preparadas. En jóvenes casadas, algunas veces se puede encontrar infertilidad no explicable o dificultad para el embarazo, pues el miedo al incremento del hambre durante éste, puede desencadenar el miedo a perder el autocontrol sobre la comida.